MANIFIESTO

“Misterios Fractales”

Fractal es el término que acuñó Benoit Maldelbrot al fusionar las palabras fractus de romper y fracture de fractura. A partir de este concepto, diariamente observamos multitud de objetos que visto con ojos fractales se tornará escabroso a medida que el objeto se repite sobre el objeto.

Lo fractal me induce a producir obras enigmáticas que a través de símbolos y códices gráficos, ofrecen mensajes incógnitos, misterios donde cuerpos y entornos son territorios de las imágenes.

La corporalidad emite intensidades energéticas, que van dirigidas a un doble imaginario, que es lo social e individual ; ante eso la pintura se adentra dentro de la célula, aisla genes y sus energías, muta sin fronteras, para descifrar el genoma humano, se inmiscuye en el pensamiento Cartesiano, para acentuar distancias y proximidades entre cuerpo y alma. El dolor, los conflictos, el espesor del deseo en simbolismos cromáticos, la psicotrónica, el des-borde contenido dentro del cuerpo pensado y pensante, cuyos pincel actúa como máquina “Kirlian”, escudriña en halos invisibles la problemática ser y no ser ante el hacer y el sin hacer en la belleza que une cuerpo y alma, donde el amor motiva el camino, no sólo por lo visible, sino justamente por lo no visible que proyecta, como búsqueda permanente de corporeidad frente al atropello cotidiano, la defensa del aire que respiramos, la ilusión que no acalla, el desborde creativo del deseo a través de esperanzas y nostalgias.

La pintura y la práctica corporal , no son más que una guarida donde mantener vivo, lo vivo; pues el acto de pintar se relaciona directamente con energía, es por ello que confieren simbolicámente en obra la energía molecular, eléctrica, divina, solar, vital ; de esa manera fragmento la naturaleza que es energía en sí misma y es por ello que no hay una imagen corporal única, sino que el enigma de lo fractal se caracteriza por la mutabilidad del cuerpo y el signo, de acuerdo a la opacidad o nitidez de cada circunstancia, pues estos son espacios topológicos, definen estados, son temporalidades de fusión-integración-ruptura del cuerpo entre lo expresivo, lo escénico y lo terapéutico, como me defino a través de lo molecular.

Buscar el “algo visible”, para aproximarse a lo “invisible” es la fugacidad vivencial ,que se corporiza en una corporeidad mutable, entonces el vacío es simbolizado no por la ausencia, sino por la abundancia de elementos, donde lo corporal aparece lleno, pero vaciado en sí mismo.

La mirada múltiple en los espacios escénicos, los colores, las formas, el atravesar del tiempo, lo corpóreo de las fantasías en infinitas formas, códices y simbologías, producen el quiebre en la unicidad de la mirada, para destacar la fragmentación y quiebre de la estructura corporal, que a diferencia de lo cubista, toma un todo y no parte del todo ; Las polaridades: soma-psique, cuerpo-alma, cuerpo-razón, cuerpo-espíritu, cuerpo-máquina.

He aquí ; los recortes de una conducta que en nosotros, ya es adictiva.…

Felipe Drago Suárez (Licenciado en Arte, Magister en Educación Artística)

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